A partir de 2018 las ITV,s endurecerán los controles, especialmente en vehículos diesel y en aquellos que cuenten con una alta carga de electrónica. En 2014 la Unión Europea publicó la directiva 2014/45/UE en la que instaba a los distintos gobiernos a endurecer tanto los procesos de homologación como las revisiones periódicas a las que están obligados los vehículos. El escándalo del "diselegate" protagonizado por Volkswagen aceleró el proceso de trasposición a la normativa nacional de las directrices europeas.
El tema de la manipulación electrónica ha influido, por ejemplo, en las mediciones del NOx, que no estaba incluido en la directriz europea. Los expertos del CITA (un grupo formado por Aeca-ITV, la DGT e Industria) han considerado además que los controles actuales no permiten un control adecuado de los vehículos Euro 5 y Euro 6.
Así, se han elaborado protocolos que inciden en la búsqueda de manipulación de las válvulas EGR o de los filtros de partículas, así como de la reprogramación de centralitas. Estos protocolos están en pruebas, aunque esperaban terminar éstas en el mes de julio. Aún así, todavía queda un serio problema por solucionar, y es el acceso a la centralita de los vehículos, potestad de los fabricantes. Las negociaciones en este aspecto parecen apuntar a que dichos fabricantes exigirán un pago por las claves de acceso, lo que probablemente redundará en un incremento de los precios de las ITV´s.
En principio, esto no parece afectar a los vehículos clásicos o de colección, aunque no está de más prestar atención ante posibles mutaciones en la norma.
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