La Comisión de Motos de la FEVA logró reunir los pasados días 4 y 5 de septiembre 75 motos anteriores a 1979 en la localidad soriana de Burgo de Osma, en torno a la cual se realizaron emocionantes recorridos por espectaculares carreteras secundarias.
Tras meses de intenso trabajo, la Comisión de Motos de FEVA vio materializado su proyecto de llevar a cabo un rally para motos históricas en el que los aficionados pudieran disfrutar a fondo de sus máquinas. Siempre con la Espada de Damocles de las intervenciones sanitarias por la pandemia oscilando sobre su cabeza, los miembros de la Comisión de Motos han logrado recopilar patrocinadores y permisos en un plazo asombrosamente breve, a pesar de lo cual no ha habido precipitación ni improvisación en ningún momento.
Por lo que se refiere a los recorridos, se planificaron 6 rutas alternativas, todas ellas partiendo y acabando en la ciudad soriana de Burgo de Osma. Básicamente se diseñó una ruta circular básica, sencilla y bastante horizontal, aunque con algún desnivel que vencer y de 82 km de distancia, pero en la cual, al llegarse a determinados puntos, había la posibilidad de desviarse y hacer rutas complementarias, recorriendo otros parajes y aumentando el grado de dificultad a medida que se elegían las diferentes alternativas y se iba uno alejando más de la ruta básica. De este modo, los kilómetros a recorrer iban incrementándose, hasta cubrir 414 km en caso de tomar la opción más larga. De igual forma, los trazados se iban complicando con mayores pendientes y curvas. Prácticamente todo el trazado se hizo por carreteras comarcales y regionales de muy escaso tráfico.
A cada participante se le entregaba únicamente un plano de carreteras con las posibles rutas y señalándose unos puntos de control que tenía que respetar para demostrar que se había pasado por ellos. Así mismo, se le entregaba una tarjeta de puntuación que tenía que entregar una vez terminada la prueba. Para evitar la acumulación de muchos pilotos en el camino, la salida se fue dando de dos en dos pilotos cada 30 segundos, y se puso como norma que no podían rodar más de 6 motos juntas. No había límite de tiempo, con lo cual cada uno se podía organizar como mejor lo estimara, parando a disfrutar el paisaje o tomar un buen torrezno en algún bar de la ruta.
Para equilibrar las puntuaciones que se podían obtener, y dar opción a las motocicletas más primitivas a alcanzar el premio, se estableció un sistema de bonificación en función de la edad de la motocicleta y del piloto, de modo que los puntos obtenidos (un punto por kilómetro recorrido) en las diferentes rutas fueran incrementados o decrementados con estos coeficientes.
Los primeros participantes llegaron el viernes 3 por la tarde al Hotel Río Ucero, en el Burgo de Osma, lugar de concentración. En un ambiente puramente festivo, tras tantos meses de restricciones, los participantes pudieron lucir sus máquinas y disfrutar de las bellezas y gastronomía de la histórica localidad. El sábado 4 dio comienzo el rally propiamente dicho, con distintos recorridos a elegir, y recorridos adicionales para aquellos que quisieran sumar puntos extra.
La Comisión de Motos había puesto especial énfasis en atraer la participación de motos anteriores a 1950, dado el cada vez más escaso número de ocasiones que tales máquinas tienen de rodar. Un reto superado con holgura, hasta el punto de que algo más de un tercio de las motos inscritas eran anteriores a esa fecha. Podemos destacar la concurrencia de máquinas como una Scott Squirrel de 1927, una Indian Scoutde 1922, una Douglas CW de 1923, o una Automoto A12 de 1928. Con tan alta participación también cabe destacar la calidad de las motos de postguerra que pudieron contemplarse, desde la nórdica Nimbus de cuatro cilindros a las británicas BSA, Triumph, Norton o Velocette, las transalpinas Moto Guzzi o Gilera, pasando por las siempre presentes BMW. No podía faltar la representación nacional, con máquinas de las marcas Ducati Mototrans, Bultaco, Montesa, OSSA o Sanglas.
Citar que otro objetivo de la comisión de motos de FEVA es dar también la oportunidad a los ciclomotores antiguos a poder participar en este tipo de pruebas, por lo cual el trazado de las motos más antiguas fue compartido con la pareja de Mobylettes que acudieron.
Durante la cena del sábado por la noche se procedió a la entrega de premios, resultando ganador José María Arenillas, de Cantabria, que con su Gilera Saturno de 1949 logró la máxima puntuación.
El domingo por la mañana se dio de nuevo la salida, con tres posibilidades de ruta a elegir, y unos kilometrajes de entre 66 y 125 km. El destino era la localidad de Berlanga de Duero, donde les esperaba un almuerzo
Los organizadores recalcaron la colaboración prestada por la Diputación de Soria, el Ayuntamiento del Burgo de Osma, la Marca de Garantía Torrezno de Soria y el Hotel Río Ucero, patrocinadores del evento, así como a la revista Motor Clásico y a Sergio Romagosa. En resumen, tanto FEVA como la Comisión de Motos de la misma no pueden estar más satisfechos, sobre todo por la excelente respuesta del colectivo de motoristas, de la que es prueba fehaciente el altísimo número de inscritos. Y por otro lado se congratulan del transcurrir de una prueba en la que todo ha salido a pedir de boca, y en la que el tiempo quiso colaborar con temperaturas agradables y ausencia de lluvias.
Dado el éxito de esta primera edición, la Comisión de Motos de FEVA apuesta por darle continuidad, de modo que ya se reservan fechas, siendo la más probable el último fin de semana de septiembre del año que viene. Desde FEVA se invita a los interesados a visitar la página web de FEVA (www.feva.es) donde podrán informarse.
Muy pronto podrás ver aquí toda la galería fotográfica del fin del evento
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