El 18 y el 19 de junio ha tenido lugar el Rally del Centenario, un evento inédito en el que se reunieron medio centenar de vehículos con al menos cien años. Organizado por la Federación Española de Vehículos Antiguos, este evento ha logrado su objetivo de que los vehículos centenarios vuelvan a la carretera.
Los habitantes del Burgo de Osma (Soria) y alrededores se han visto gratamente sorprendidos por la "invasión" de los participantes del I Rally del Centenario, reservado a vehículos con al menos cien años de antigüedad. Cuarenta y cuatro automóviles y seis motocicletas se dieron cita el viernes 17 en la Plaza de Toros de la Villa, donde se realizaron las inscripciones, y quedaron dispuestos para salir al día siguiente. El ambiente festivo anticipaba unas jornadas de disfrute, tras mucho tiempo sin poder gozar de un evento para vehículos tan antiguos.
El sábado sobre las nueve de la mañana se dio inicio oficial al rally, desplazándose todos los vehículos hasta la Plaza Mayor, donde quedaron expuestos al público. El calor a estas horas ya indicaba una jornada con un sol inmisericorde, pero las ganas de rodar hicieron que ninguno de los participantes se amilanara.
En la Plaza Mayor estaba reservado un espacio para Mercedes-Benz, patrocinador del evento, que además había desplazado hasta allí una réplica del triciclo original de Benz, el "Benz Patent Motorwagen" de 1886, primer automóvil de la historia. Este aparato estaba en perfecto orden de marcha, como pudieron comprobar tanto los participantes como el público, que disfrutaron con sus evoluciones sobre las milenarias piedras de la localidad soriana.
A las 10:30 se dio la salida en dirección a Berlanga de Duero, con tres rutas a elegir, según la audacia y la capacidad de los vehículos. Hay que tener en cuenta la variedad de vehículos, que iba desde un primitivo Darracq de 1902 desplazado por el Museo de Caramulo (Portugal) hasta un lujoso Hispano-Suiza H6B de 1922. Entre ambos se englobaban el resto de los vehículos contaban hasta once vehículos fabricados con anterioridad a 1914, como por ejemplo un rarísimo Brush de 1907, un Mercedes 12/50 PSde 1913, un Chenard Walker TT de 1907y el singular Hispano-Suiza 20/30 HP, uno de los más antiguos que se conservan de esta emblemática marca, que aportó la Fundación RACE, patrocinadora del evento. También acudió un rarísimo España de 1917, del que sólo se conocen dos supervivientes.
De entre el resto de los automóviles destacaban por su número los populares Ford T de diferentes series y carrocerías. Completaban el plantel los simpáticos Citroën Tipo A, primer modelo de la marca, un Renault AXde 1909 que su dueño sacaba a rodar por carretera por primera vez tras su restauración, un icónico Rolls Royce Silver Ghost o dos Cadillac V55.
Curiosamente, después de Ford la marca con mayor representación fue Hispano-Suiza, con seis automóviles: el 20/30 HP de 1907 de la Fundación Race, dos 16 HP, uno de ellos perteneciente al Museo de Historia de la Automoción de Salamanca, dos H6 y elextraordinario Alfonso XIII chasis corto de competiciónde 1911, un ejemplar único con un importante historial. En el apartado de las motos la muestra era igualmente variopinta: Singerde 1911, Sunbeamde 1916, Motosacoche, Harley-Davidson, Douglas, Alcyon y Andru...
Dada la diferencia de edad, de potencia y de prestaciones, la solución propuesta por la Comisión de Motos de FEVA, organizadora del Rally fue, como decimos, dar la opción de elegir entre tres rutas de diferente dificultad y kilometraje, ampliables además para visitar monumentos únicos como la Ermita de San Baudelio.De ese modo, los participantes optaban por realizar una ruta corta y casi horizontal de 30 km hasta una ruta más larga y con más desnivel de 70 km, recorriendo todos el camino de regreso tras el almuerzo por la ruta horizontal de 30 km. Cabe destacar en este apartado que Tiago Patricio Gouvella, a los mandos del vehículo más antiguo del Rally, el Darraqc 12 HP de 1902, optó por la ruta más larga y la completó con éxito, al igual que el Hispano Suiza de la Fundación RACE.
Según fueron llegando quedaron aparcados en la Plaza de Berlanga de Duero, expuestos al público, mientras los participantes disfrutaban de una comida en el "fresco" entorno de unos jardinesbajo un calor bastante notable. Sobre las 16:00 se inició el retorno al Burgo de Osma, esta vez por ruta única, para estacionar de nuevo los vehículos en la Plaza Mayor. Con un tiempo prudencial para ataviarse con vestidos acordes a la época del vehículo, se dio comienzo al concurso de elegancia, en el que los vehículos fueron rodando por las preciosas calles de la villa hasta la catedral, donde fueron posando uno a uno frente al jurado presidido por Francisco Marcos, Director Técnico de FEVA, y en el que se encontraban las siguientes personalidades: Yolanda de Gregorio, Delegada de la Junta de Castilla y León en la provincia de Soria, Fernando Romanos, Técnico de la Dirección General de Industria de Castilla y León, Sergio Romagosa, coleccionista e historiador, Manuel Garriga, periodista e historiador, Luis Cuesta, Teniente de Alcalde del Burgo de Osma, y por último Yolanda Martínez y Enrique Borobio, del Museo del Traje.
Tras el concurso los vehículos regresaron a la Plaza de Toros, y los participantes acudieron a las espectaculares instalaciones del hotel restaurante Castilla Termal, donde tuvo lugar la cena de gala y el reparto de premios. Hubo abundancia de Trofeos, destacando el trofeo al mejor Hispano-Suiza, ofrecido por la resucitada marca, y que recayó sobre el 15/45 Alfonso XIII chasis corto. El Primer Premio DGT fue entregado por el jefe de Normativa de la DGT, quien aprovechó la ocasión para anunciar los cambios beneficiosos en el Reglamento de vehículos Históricos que se avecinan, aunque sin entrar en detalle de los mismos. El resto de premios fueron los siguientes:
El domingo por la mañana estaba prevista una excursión relajada, y hacia las 10:30 los participantes fueron saliendo de la plaza de torosdel Burgo de Osma en dirección al Cañón del Rio Lobos, un paraje natural de espectacular y singular belleza, en el cual se podía admirar el vuelo de los buitres. Tras estacionar en el parque cerrado, aquellos que lo desearon pudieron visitar la Ermita Templaria de San Bartolomé y el Mirador de la Galiana. Tras este edificante paseo, los participantes regresaron al Burgo de Osma, donde disfrutaron de una paella ofrecida por el Ayuntamiento del Burgo de Osma.
El evento acabó así a plena satisfacción de la organización y de los participantes. Sin incidentes dignos de ser resaltados, sólo la sofocante ola de calor que endureció las lúdicas jornadas, en las que todos y cada uno de los inscritos disfrutaron de sus vehículos. El éxito cosechado impulsa a los organizadores a repetir el año que viene, en el que se tratarán de pulir mejor aún este evento único en nuestro país.
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